El flamenco una expresión de España

La música es una de las manifestaciones que genera más gusto, sentir y une corazones en medio de contagiosas notas, ritmos, letras y sonidos de instrumentos musicales. De esta manera, el flamenco es una expresión de España.

España es la cuna del flamenco, propiamente Andalucía da vida a esta manifestación folclórica.

Detrás del flamenco como manifestación española prevalece el baile la guitarra y el canto como complemento.

El origen del tradicional flamenco proviene de la riqueza cultural generado desde las raíces judías, árabes, cristianas y gitanas.

Por hoy el flamenco más que un baile tradicional en España es un arte de talla internacional, incluso la UNESCO lo reconoce como un patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

En tal sentido, para el desarrollo de este baile es necesario mostrar habilidades y destrezas que inician con la voz del cantautor.

Igualmente, el flamenco gana belleza gracias a la expresión de sus bailadores que al compás de instrumentos musicales se mueven y zapatean sobre el escenario.

Inicialmente sólo fue una expresión musical en la cual sus cantautores manifestaban sus vivencias, sentimientos, emociones, añoranzas y nostalgias de su propia realidad.

Posteriormente, el baile fue ganando espacio hasta convertirse en todo un atractivo visual y auditivo siendo una de las manifestaciones más importantes de España.

No obstante, el baile del flamenco gana protagonismo en la medida que prevalecen gestos, miradas, zapateos y movimientos .

Los mismos van de manera suave a rápido, constantes al compás de la música y del canto.

En definitiva, es toda una expresión artística que forma parte de la esencia e identidad española.

Una expresión donde surge la improvisación

El flamenco como arte es flexible, abierto y favorece al desarrollo de la creatividad en la puesta en escena, todo depende el momento.

Dentro de este contexto, es muy común que el cantautor desde la improvisación entone nuevas frases, muestre nuevos acordes y tonos producto de su inspiración.

Por lo tanto, el flamenco es un arte donde reina la sensibilidad, emotividad, pasión y fuerza del momento.

Es importante destacar, que la improvisación es un proceso cargado de emociones y sentimientos donde el cantautor imprime su esencia como ser humano y artista.

Ahora bien, improvisar es una habilidad donde el cantautor con sus instrumentos musicales y voz de manera espontánea hace nuevos cambios en el sitio para animar o atenuar la función.

Existe en el flamenco un debate que acompaña esta manifestación.

La primera impresión gira entorno en que que los músicos y cantautores deben formarse antes de improvisar.

Posteriormente, el conocimiento musical favorecerá la improvisación como un proceso creativo propio del momento donde se ejecute.

Ante esta perspectiva,los cambios en el ritmo, cada nueva frase, algún movimiento o gesto es parte del proceso para improvisar.

Improvisar se asemeja un poco al saber componer, para ello, es necesario conocer ampliamente sobre esta música para hacerlo bien en escena.

Ante todo improvisar implica ingenio, creatividad pero sobre todo espontaneidad para ejecutar el instrumento y cantar.

En definitiva, improvisar implica desarrollar nuevas tonos, letras y melodías desde lo que ya se conoce dentro de la ejecución del instrumento e interpretación.

Un baile completo desde la diversidad

Como ya se describió previamente el flamenco como experiencia sonora y visual es un arte que tiene sus bases en la diversidad cultural.

Esta proveniente de diferentes cosmovisiones que se fueron dando paso en la historia de España.

Lo que si es evidente señalar, que los ritmos y sonidos de Andalucía como cuna del flamenco han sido claves para el desarrollo del flamenco.

Al igual, que los cantos gregorianos que le dieron ese toque casi perfecto a la interpretación detrás del flamenco como manifestación artística.

En concordancia la cultura árabe y africana hizo lo propio para darle ese brillo, color, forma a lo que hoy se conoce como flamenco.

Lo que si es cierto es que el flamenco como baile tradicional de España ha logrado proyectarse cada vez con mayor fuerza en Latinoamérica.

logrando disfrutarse desde cualquier latitud, para valorarse e incluso resignificarse y ser parte del patrimonio del mundo.

Indudablemente, esto se ha logrado gracias al trabajo de numerosas academias de bailes cuyo objeto de estudio es el flamenco.

Al mismo tiempo es considerado como una manifestación artística y cultural.

El flamenco como baile

El flamenco como manifestación artística da pie para que se lleve a través de diferentes bailes, cada uno con una carga emotiva mayor que la otra.

Entre los bailes más comunes del flamenco se puede considerar:

El soleá, quizás es más conocido por sus melodías llenas de tristeza, tal vez nostalgia o incluso añoranza.

En el soleá, es común los movimientos de manos, caderas, para finalmente mostrar un zapateo que firma la interpretación.

Otra forma de expresar el flamenco es mediante las bulerías, que al contrario del primero, es una expresión mucho más alegre, entusiasta, divertida cuyo ritmo es mucho más motivante.

En otro orden de ideas, dentro del flamenco también están las seguiriyas, que se distinguen por ritmos más sobrios, tal vez más calmados, posee algunos toques más neutros.

De conformidad a otra de las manifestaciones más comunes del flamenco puede ser los tangos, es una manera que induce a la mayor frescura y genera más expresión y espontaneidad.

A diferencia de las sevillanas, que es un baile mucho más estructurado conformado por aproximadamente cuatro sevillanas completas, que guardan un mismo tiempo y forma de baile.

Al respecto, en la farruca es un baile de mayor complejidad que demanda habilidad y destreza para su desarrollo.

Incluso en la farruca la destreza de la mujer puede ser contemplada en las diferencias del vestuario donde pueden portar pantalones para su mayor apreciación visual.

Una manifestación que une emociones y sentimientos

Al hablar de España, el flamenco es una de esas manifestaciones que engalana con su presencia en cualquier festividad.

De allí que el flamenco es sinónimo de vida, puesto que puede estar presente en un cumpleaños, una parranda, una fiesta patronal, un despecho o sencillamente para enaltecer un pueblo.

Cada atuendo, gesto, movimiento, habilidad y desplazamiento es una parte importante de este baile como toda una obra de arte que se baila desde la fibra y esencia humana.

El flamenco es una respuesta conciliatoria en las raíces más puras de los españoles y su diversidad cultural presente a lo largo de la historia de la humanidad.

En este orden de ideas, bailar y cantar flamenco es toda una experiencia que forma parte del legado de muchos hombres y mujeres que hacen de esta manifestación un evento pleno lleno de cultura y tradición.

Justamente, cada pieza requiere de variedad elementos para hacerlo una obra única e irrepetible.

Por lo tanto es la suma de: melodía, el zapateo, la forma del canto, la letra, la combinación de colores, la ejecución de los instrumentos y la capacidad de improvisación para hacer una puesta perfecta.

Sobre la base de este contexto, es necesario seguir motivando su práctica en las futuras generaciones como una experiencia que aviva los corazones de un pueblo que ha vivido con esta manifestación.

Considerablemente, el flamenco por hoy es toda una experiencia sensorial que incluso es motivo de estudio en diferentes contextos educativos.

Finalmente, el flamenco requiere de seres humanos que se dejen llevar por sus notas, sentimientos y emociones para que se siga promoviendo de generación en generación.