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Virgen de la Consolación de Táriba la fe de los tachirenses

Los Andes Venezolanos se caracterizan por sus profundos valores, espiritualidad, hospitalidad y educación entre sus habitantes. Particularmente, La Virgen de la Consolación de Táriba recibe a propios y extraños desde hace muchos años.

Dentro de la cosmovisión del pueblo tachirense en Venezuela hay dos patronos cada uno con su propia historia el Santo Cristo de La Grita y la Virgen de La Consolación de Táriba.

Ambos celebran su festividad en el mes de agosto. Particularmente la historia de la advocación mariana se remonta al año 1560 donde dos sacerdotes agustinos llegaron a esta población.

Estos dos sacerdotes provenían del Nuevo Reino de Granada. En principio llegaron a la ciudad de San Cristóbal capital del estado Táchira en Venezuela.

Es de hacer notar, que cuarenta años más tarde, en el año 1600 inicia la construcción de una capilla para la adoración de la Virgen de la Consolación de Táriba.

A partir de esta fecha, la fe, veneración, adoración de la población por su Virgen es una manifestación que va en cada generación.

La celebración central hacia la Virgen de la Consolación de Táriba se lleva a cabo el día 15 de agosto.

Por lo general, se acostumbra a realizar una misa oficial con las autoridades eclesiásticas correspondientes.

En tal sentido, previo a la pandemia el pueblo de Táriba realizaba diferentes actividades para venerar a su patrona.

Por ejemplo, hacían serenatas, conciertos, desfiles, eventos, entre otros. Donde todo el pueblo se unía desde el clamor, la veneración para agradecer a la Virgen tantos favores concedidos.

 

 

Dos pueblos que se unen desde la fe

Una de las particularidades que tiene el Táchira es que comparte frontera con el hermano país de Colombia.

En virtud a ello, la creencia, amor, bondad y espiritualidad de esta virgen llega hasta los pobladores de la frontera que incluso tienen sus promesas de amor con la patrona del Táchira.

Conforme a ello, la madre de Dios a través de esta vocación va tomando todos los dolores y aflicciones de sus fieles, para transformarlos en amor, esperanza, fe y bondad.

Todas las personas tienen un lugar dentro de la Basílica Menor de Nuestra Señora de la Consolación, sin importar absolutamente su edad, condición, sexo y procedencia.

Indistintamente, quien sea todos llegan con ánimos de ser consolados, animados, con ánimos de renovar la fe, esperanza y sobreponerse ante cualquier temor.

Es importante destacar, que el lugar donde se encuentra la Virgen de la Consolación de Táriba, su trono, joya y relicario son piezas todo una obra de arte con piedras preciosas que embellecen el lugar.

Es toda una celebración acompañada de música, sobre todo del cuatro y las guitarras para honrar a la reina de los tachirenses.

En tiempos normales ¿Cómo es la festividad?

La fe entre las montañas andinas es uno de los valores más grandes que tienen los venezolanos.

Es por ello que cada 15 de agosto el Táchira se llena de alegría, paz, unión, fraternidad, se aviva cada espíritu de las personas para adorar a su Virgen de La Consolación de Táriba.

La tradición del pueblo consiste en hacer una peregrinación desde la ciudad de San Cristóbal hasta el municipio Cárdenas, específicamente a la Basílica Menor.

Allí de la mano del obispo del momento, se hace la homilía en una festividad llena de amor, abundancia, color, fe bondad, esperanza, alegría, música, oración y fraternidad.

Es importante destacar, que en los últimos años a la Virgen de La Consolación de Táriba la llaman “la madre de los andes”.

Y en su festividad anteriormente a la pandemia generada por el covid asistían multitudes de personas.

Tanto así que la iglesia se hacía pequeña ante tanta gente que concurrían a rendir honor a la madre de los andes.

Así mismo, es muy normal encontrar gran cantidad de muestras y manifestaciones de gratitud por los milagros y favores hechos por la Virgen.

Es por ello, que en el altar de la Virgen de La Consolación de Táriba reposan medallas, fotos, cadenas, copias de títulos de grados, entre otros.

La Virgen de La Consolación de Táriba y su importancia en la historia de Venezuela

La historia es la suma de sucesos, anécdotas que se viven en cada lugar, donde los protagonistas son las personas que hacen vida allí.

La devoción por esta virgen es una de las más antiguas de todo el país, es por ello, que es referencia nacional e internacional.

El pasado año 2017, se celebró cincuenta años de la coronación canónica de la virgen.

Al respecto, el relicario de esta advocación mariana es uno de los más antiguos de todo el país.

Así mismo, esta joya de relicario fue mandado a hacer por el obispo de Santa Marta, hace más de trescientos años.

Por tal motivo, ha sido testigo de los momentos históricos país más importante como la guerra de la independencia, y todas las batallas conocidas en los últimos años.

Algunos estudiosos de la historia aseguran que el Libertador Simón Bolívar en alguna oportunidad por allá en el año 1813 entró a visitar a la virgen.

Así que el sacerdote encargado del momento conocido como Gabriel Pineda le dio a Bolívar unas lámparas.

Las cuales eran de plata que eran de la Virgen, con la intención de que custodiaran  toda la causa de este líder.

Otro de los venezolanos que profesaron su fe por la Virgen de Consolación de Táriba fue Cipriano Castro, el cual donó la media luna que aguanta la tablilla donde reposa la Virgen.

Una familia que ama a la Virgen

Carolina Mirabal junto a su esposo Gustavo Mirabal en variadas oportunidades visitaron la hermosa ciudad de San Cristóbal, y en una oportunidad llegaron hasta Táriba.

Si algo caracteriza a esta joven familia, es su carisma, sencillez, espiritualidad por aprender y conocer de cada pueblo.

Táriba no fue la excepción para ellos, visitar hace más de quince años a la Virgen de La Consolación fue sentir paz, amor, esperanza, tranquilidad, serenidad y sobre todo gratitud.

Así que la familia Mirabal siempre recuerda su experiencia de fe en la Basílica Menor de Táriba donde compartieron en algún momento la festividad de la virgen.

Igualmente, se maravillaron de conocer tanta gente y ver los milagros de la virgen reflejados en fotos, medallas, entre otros.

Durante su estancia en San Cristóbal, también fueron a La Grita un pueblo hermoso escondido entre montañas con sus propios encantos.

Desde allí lograron ir al Santuario de Santo Cristo de La Grita, el Patrono del Táchira, o mejor conocido como el Cristo del Rostro Sereno.

A diferencia de la Virgen, este Cristo celebra su festividad con su pueblo los 06 de agosto de cada año.

Cabe destacar, que es una fiesta apoteósica, donde propios y extraños muestran su amor, alegría, gratitud también por su santo.

Indudablemente, el Táchira es un pueblo maravilloso, apegado a su historia, a su fe, que ama su religiosidad.

Siempre ha sido un pueblo con gente espontánea que ama la gentileza, la hospitalidad, el atender pero sobre todo que es compasivo.

Sin duda alguna, esto fue lo que más le impresionó a la familia Mirabal que ama la bondad de la gente con fe inquebrantable y con espíritu de lucha en todo tiempo.

Finalmente, los andes venezolanos son sinónimo de devoción, bondad, tranquilidad, plenitud, esperanza, alegría y amor infinito hacia la misericordia de la Virgen y de su hijo amado Cristo.

Consultado:

https://venezuelatuya.com/religion/virgen_de_la_consolacion.htm