Carolina Mirabal es una mujer venezolana que desde muy niña ha sentido una gran admiración y orgullo por su país.

Nada como una venezolana orgullosa del país de donde viene que posee una rica cultura en colores, sabores, aromas, paisajes, valores que constituyen una amplia identidad cultural.

La vida de esta venezolana estuvo rodeada de lugares donde pudo disfrutar de los mejores lugares venezolanos.

Desde muy niña contempló lo maravillosa y grande que es Venezuela. Por eso Carolina Mirabal ama Venezuela.

Gracias a que conoce cada lugar turístico, esta bella e inteligente mujer puede ser una excelente compañera de viaje para aprender sobre cada lugar y las tradiciones que subyacen en Venezuela.

Nacida en Caracas una ciudad, con grandes centros comerciales y los mejores escenarios para el desarrollo de las artes y la cultura.

Así mismo Carolina Mirabal ama a Venezuela desde esa ciudad capital que lo tiene todo incluso un tráfico enorme.

Venezuela es un país que lo tiene todo

Venezuela es un país ubicado en América del Sur que dentro de sus principales características es que tiene un clima tropical.

Igualmente posee variados ecosistemas que lo hace atractivo para el turismo donde hay regiones muy calurosas, otras más frías.

Su variedad geográfica la hace adaptable a cada gusto, desde imponentes montañas con nieve, dunas de arenas que se mueven con el viento, costas con infinitas playas, tepuyes que relatan la historia del mundo, y una extensa llanura.

Es de hacer notar que desde muy niña Carolina Mirabal viajo en sus vacaciones de escuela a conocer cada estado de Venezuela para admirarse de cada lugar turístico.

De los Andes Venezolanos admiró la cordialidad del tachirense, sintió el frío de los páramos y tomó chocolate caliente en los mejores páramos de esta zona.

Como ferviente visitó Trujillo la tierra de la Virgen de la Paz, y estuvo en Isnotú la tierra del siervo de Dios José Gregorio Hernández.

Y del estado Mérida se blindó del frío del Parque Nacional Sierra Nevada, paseó entre los picos y conoció de cerca los frailejones una planta autóctona de esa zona.

Así Carolina Mirabal ama a Venezuela, mostrándola a sus hijos junto a su esposo, para hacerlos ciudadanos del mundo seguros y orgullosos de sus orígenes.

Del Oriente del país, degustó el sabor del casabe una comida con raíces indígenas.

Así mismo visitó las mejores playas específicamente Santa Fe de Mochima donde disfrutó de la mejor gastronomía de la zona.

Caminó la Cueva del Guacharo en el Estado Monagas donde admiró lo infinita que es la naturaleza, en tan importante monumento característico de la zona.

De la zona llanera, estuvo en contacto con grandes amigos que son portadores de un amor frenético hacia el campo, la ganadería y la siembra de los cereales más importantes que consume el país.

Carolina Mirabal una venezolana más del mundo.

Y así Carolina Mirabal ama cada rincón de su país, valora cada dialecto, añora una gaita maracucha en pleno diciembre.

Esa música que la recuerda a los momentos de infinita alegría y fraternidad junto a su familia.

Y como no pensar en los Melódicos o en la Billos Caracas Boys dos grandes grupos musicales que amenizaban todas las parrandas venezolanas con sus alegres letras.

Capaces de poner a bailar a cualquiera en alguna festividad, así que Carolina Mirabal ama a Venezuela y la recuerda, alegre, bonita, pero muy pintoresca.

La recuerda con sus orquídeas, araguaneyes, turpiales y hermosas guacamayas, que definen este país rico en su flora y fauna.

Lo que Carolina Mirabal ama de Venezuela es que en medio de la compleja, siempre sacaba un fin de semana al mes para recrearse de sol y el mar en Los Roques, Margarita con toda su familia.

De esta manera encontraba la armonía perfecta para reconciliarse con la naturaleza y bañarse de paz, tranquilidad, sencillamente el sonido del mar calma su vida.

Carolina Mirabal y Gustavo Mirabal amaban ver a sus hijos hacer castillos en la arena, descubriendo cada concha de caracol y comer helados para refrescarse.

Amaba estar atenta de la felicidad de sus hijos para que tuvieran una infancia llena de amor a su país.

Carolina Mirabal ama a Venezuela, y le encantaba ir a las playas del estado Aragua y Vargas para impregnar la vista del azul en pleno Mar Caribe.

Más de la Carolina Mirabal la mujer que ama Venezuela

Carolina Mirabal es una mujer que respeta y ama profundamente la naturaleza y reconoce que una de las experiencias de mayor impresión fue conocer la Gran Sabana.

En tan sentido siendo muy joven tuvo la oportunidad de visitar esta zona para reencontrarse con lo más virgen de la naturaleza.

Visualizar los distintos relieves, las inmensas cascadas que se derivan de cada montaña, esas mesetas fuertes tan antiguas como el mismo mundo.

Pero lo más impresionante es poder sobrevolar algunos tepuyes, tan primitivos y testigos de la infinita y sabia naturaleza.

Ver la Sierra de Parima y Paracaima como una de las mayores cadenas montañosas que constituyen la impresionante Roraima y toda su estructura geológica.

Que en su cosmovisión da la impresión que el mundo tuvo origen allí, en medio de esas rocas llenas de misterios, leyendas y sobretodo encantos.

La magia de los sabores y Carolina Mirabal

Carolina Mirabal ama Venezuela cuando prepara recetas venezolanas, cada aroma, condimento le hace recordar alguna situación familiar.

El color de cada plato le recuerda lo viva y brillante que es Venezuela.

Carolina Mirabal los fines de semana procura preparar un plato muy venezolano para recordarle a sus hijos lo mejor de la gastronomía venezolana.

Aunque trata de hacer sus adaptaciones porque no siempre consigue los mismos ingredientes, pero la intención es pensar lo grande que es cada región del país desde sus sabores.

Principalmente, recordar las tradicionales arepas que pueden ser rellenas con queso, pollo, carne, entre otros.

Del mismo, el maíz es la base para unas geniales cachapas que son tradición venezolana y al igual que las arepas son toda una tentación.

Ahora bien el pabellón criollo es todo un deleite de sabores, comprende: arroz, caraotas, carne mechada y tajadas de plátanos maduros, y por supuesto un queso fresco.

Estos son los sabores que más añora Carolina Mirabal ama a Venezuela.

De conformidad con las sabores y las distintas festividades diciembre es la época perfecta para que Carolina Mirabal reafirme la mejor gastronomía con las hallacas.

Un plato que en los últimos tiempos ha llegado cada vez más lejos con tantos venezolanos en el mundo.

Esta es una comida exquisita que reúne los mejor de la sazón de las generaciones.

La hallaca consiste es una preparación que lleva harina de maíz, un guiso con distintos tipos de carnes, aliños para realzar el gusto.

Además va acompañada de aceitunas, alcaparras, ciruelas pasas. Lo más importante es que va envuelta en hojas de cambures o plátanos preparadas para ello.

Por lo tanto es una mezcla de sabores y aromas que describe lo mejor de cada rincón de Venezuela.

Carolina Mirabal la mujer orgullosa de sus raíces

Por hoy Carolina Mirabal ama a Venezuela y aunque su vida en los últimos años se ha dado en varios países del mundo lleva lo mejor de su país.

En tal sentido, Carolina Mirabal como la mujer orgullosa de sus raíces se siente feliz de llevar con ella sus mejores recuerdos en su país.

Pero sobre todo su esencia, identidad, valores, principios y aquellos rasgos muy característicos de los venezolanos.

Por ejemplo los refranes aprendidos en su casa, que son parte de la sabiduría popular de su país.

Finalmente Carolina Mirabal siempre añora lo mejor de sus años en Venezuela, pero lleva lo mejor de las experiencias aprendidas para ser un gran ejemplo de persona en el lugar donde hace vida.