Nacido en cuna de monarcas el actual Príncipe de Edimburgo fue hijo de Andrés de Grecia y Alicia de Battenberg. Así es la vida del Príncipe Felipe de Edimburgo.
Se trata de la vida de un hombre que nació hace casi cien años en una isla de Grecia llamada Corfú.
Su historia parece de un cuento del antiguo testamento de la biblia, un niño salvado gracias a una caja de frutas para poder preservar la vida en plena guerra.
Los primeros años de su vida transcurrieron como un refugiado junto a su madre.
Afortunadamente lograron escapar de la guerra, gracias a un buque de la armada británica que los llevó hasta París.
Esta huida trajo como consecuencia que les retiraran la nacionalidad griega. Años más tarde obtuvo la nacionalidad danesa.
En el caso del Príncipe Felipe de Edimburgo no siempre fue un hombre de grandes riquezas, puesto que los primeros años de su vida estuvo marcada por la pobreza.
Así mismo, en variadas oportunidades fue apoyado por familiares que gozaban de mejor economía que el Príncipe Felipe de Edimburgo.
Es importante destacar, que el Príncipe Felipe de Edimburgo vivió unos años en Alemania, gracias a que sus hermanas emparentaron con algunos hombres reconocidos del movimiento Nazi.
La infancia del Príncipe Felipe de Edimburgo no fue nada fácil puesto que su madre presentó serios problemas de salud.
Esto hizo que el niño fuera muy solitario, incluso triste ante la ausencia de una verdadera familia unida.
Quizás una de la experiencias que marcó la vida del Príncipe de Edimburgo fue que siendo un adolescente estuvo internado en Gordonstoun.
Realmente no fue una grata experiencia, puesto que su formación estuvo marcada por el distanciamiento con familiares y tratos un poco fuertes en este lugar. El excesivo ejercicio físico fue una de las características de este lugar.
Así mismo, el Príncipe Felipe de Edimburgo también obligó a su hijo el Príncipe Carlos en su adolescencia a recibir la misma formación disciplinar en Escocia.
Ahora bien, años más tarde el Príncipe Felipe de Edimburgo se alistó en la Real Marina Británica a escasos dieciocho años de edad.
Dentro de este orden de ideas, justamente a sus dieciocho años de edad conoció a una niña llamada Isabel que se encontraba entrando a la adolescencia.
De conformidad, en una oportunidad las princesas Isabel y Margarita estuvieron de visita en la reconocida Academia Naval ubicada en Dartmouth.
Así que sin querer comenzaron los primeros encuentros entre el Príncipe Felipe de Edimburgo y la actual Reina Isabel.
Esta ocurrencia de acercar al Príncipe de Edimburgo a la monarquía fue de un tío que conocía de cerca al Rey Jorge VI y quería ayudar a su sobrino.
Luego de ese primer encuentro y cartas como era la costumbre en ese tiempo se mantuvo viva la esperanza de ese amor joven.
Durante las vacaciones aprovechaban de verse en el Castillo de Windsor, siempre el Príncipe Felipe de Edimburgo fue parte de la Guardia Real.
Seguidamente, años más tarde en 1947 darían una gran paso, casarse, y aunque son primos, su amor fue más fuerte que cualquier otro obstáculos.
Es importante destacar, que el Castillo de Windsor siempre fue un lugar que los albergó puesto que allí estuvo la Reina Isabel en tiempos de la II Guerra Mundial.
Conforme a la Boda Real, fue todo un evento internacional que tuvo las miradas de los seguidores en el mundo.
Particularmente, a la celebración asistieron más de dos mil invitados y contó con la presencia de notables personalidades de la monarquía de todo el mundo.
Sin embargo, como eran tiempos posteriores a la guerra, se les recomendó que no viajaran sino hasta Sandringham.
El trabajo de Felipe el Príncipe Felipe de Edimburgo dentro de la marina lo obligó a vivir finales de la década de los cuarenta en Malta.
Pasaron alrededor de dos años viviendo sus primeros años de matrimonio con una vida sin muchos compromisos relacionados a la corona inglesa.
Allí vieron los primeros pasos y travesuras del Príncipe Carlos de Gales y la Princesa Ana de Inglaterra.
Sin embargo, la vida de la corona inglesa llamaba a la actual Reina Isabel en el año 1951.
Fue hasta el año 1952 cuando falleció el Rey Jorge VI y a la actual Reina Isabel le tocó ocupar el trono y asumir su nueva vida como monarca.
Posteriormente, Felipe el Príncipe de Edimburgo le tocó que apoyar a la Reina Isabel en su nueva vida de nobleza, muy cerca de su esposa y siguiendo el protocolo real.
Al principio no fue nada fácil, sobre todo porque el protocolo indicaba que debería haber cierta distancia entre el Príncipe y la Reina Isabel.
Con los años poco a poco ambos se adaptaron y consideraron todos los protocolos.
Fue a fines de la década de los años cincuenta cuando la Reina permitió el reconocimiento de sus hijos con los apellidos Mountbatten – Windsor.
Definitivamente, la vida del Príncipe Felipe de Edimburgo ya con títulos nobiliarios estuvo llena de viajes, compromisos sociales, entre otros.
Su vida de nobleza le permitió recorrer gran parte de la geografía mundial, relacionarse con líderes políticos de todo el mundo, conocer diferentes realidades y acompañar a su esposa.
Además, el Príncipe de Edimburgo fue un destacado deportista desde muy niño, también le encantaban la equitación.
Es de hacer notar, que esa motivación por la hípica se mantiene viva en otras personalidades de la realeza británica como Zara Tindall y la princesa Ana.
Igualmente, al Príncipe Felipe de Edimburgo le agradaba el polo, y se destacó como piloto de aviones en el Royal Air Force.
El Príncipe Felipe, fue un hombre tierno, cariñoso que mostró gran sensibilidad por sus nietos y más recientemente por sus bisnietos.
En los últimos años ya el Príncipe de Edimburgo no participaba en las actividades de la corona real, su salud se fue deteriorando poco a poco.
Aunque los últimos meses vivieron en el Castillo de Windsor.
Con más de setenta años de matrimonio gracias a aquella relación que inició en una visita a la Academia Naval hasta consolidarse en una familia real con una larga historia.
Su vida de niño refugiado, fue muy solitaria, pero de un momento a otro se convirtió en todo un hombre fuerte.
Con gran paciencia, templanza y fiel compañía de la monarquía inglesa.
Afortunadamente, junto a su esposa la Reina Isabel pudo levantar todo un reinado que ha sabido mantenerse en el poder por tantos años de historia.
El Príncipe Felipe de Edimburgo siempre fue un hombre que supo estar allí como pilar fundamental de la familia, con una amplia experiencia que lo hizo brillar en cada compromiso de la realeza.
Siempre estuvo fuerte con su esposa y sus cuatro hijos: Carlos de Gales, Ana del Reino Unido, Andrés de York y Eduardo de Wessex.
Por último, describir a este hombre implica pensar en todo el camino transitado a lo largo de su vida, que al principio no fue fácil para luego llegar a la corona junto a su esposa.
Finalmente, el buen vestir, el amor hacia los deportes, la entrega a su familia y el cuidado a la Reina Isabel son imágenes que quedaran en la memoria de sus seguidores.
Así se despide de este mundo el Príncipe de Edimburgo a sus noventa y nueve años de edad el 09 de abril del presente año.
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