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Sally Ride una mujer de las ciencias

Sally Ride

La ciencia, el conocimiento y la tecnología ha tenido mentes notables que han ganado terrenos complejos, y hoy sus legados son vigentes, tal es el caso de Sally Ride.

Esta mujer de ciencia nació en la localidad de Encino, en Los Ángeles un 26 de mayo del año 1951.

Es de hacer notar que Sally Ride nació en medio de una familia de raíces noruegas. Su padre se llamaba Carlo Joyce Anderson y  su madre Dale Burdell Ride.

Aparte de ser una destacada científica esta gran mujer se apasionó por el tenis o mejor conocido como el deporte blanco.

En referencia a ello, el tenis le permitió gozar de una beca con la que puedo ayudarse para estudiar secundaria.

Conforme a los éxitos de esta importante mujer se puede precisar que fue una de las primeras mujeres en viajar al espacio.

Igualmente, siempre fue una mujer que amó su trabajo y sobre todo disfrutó hacer eco de sus conocimientos y motivar a otros a seguir sus pasos en la ciencia y la astronomía.

Aunque su prioridad siempre fue la aviación espacial, donde tuvo mayor participación.

Ahora bien, esta importante mujer fue una gran estudiante, dentro de su hacer académico figura lo siguiente:

Estudió inglés en Swarthmore College, igualmente en la Universidad de Stanford se tituló en el área de la física.

Igualmente continúo especializándose a través de distintos estudios de postgrado para aprender mucho más de la astrofísica.

De esta manera, logró doctorarse en física, aunque su camino para llegar a la cima del cielo no fue nada fácil.

Una entrada estelar

Con escasos veinticinco años y un futuro prodigioso se le presentó la oportunidad de sumarse a la NASA.

No fue nada fácil llegar a una de las instituciones con mayor trayectoria científica en relación con física, matemática y astronomía.

Por cuanto le tocó competir con muchos profesionales interesados en laborar y destacarse en ella.

De esta manera, en el año 1978 hacia su entrada formal a la NASA para destacarse en la aviación espacial.

Uno de sus primeras funciones dentro de la institución fue el ser comunicadora en la cabina.

Sobre todo al momento de llevar a cabo distintos vuelos específicamente para el programa del Transbordador espacial.

Posteriormente, pudo convertirse en la primera mujer de los Estados Unidos de Norteamérica en llegar al espacio en el año 1983.

Es de hacer notar, que esta importante mujer científica participó en la misión STS- 7 en el transbordador espacial Challenger como parte de las tripulantes.

Conforme a lo anterior, que esta brillante mujer alcanzó más de trescientas cuarenta horas de vuelo en su segundo vuelo.

Cabe destacar, que en el tercer viaje que intentó hacer, se encontró con el funesto accidente del Challenger  acaecido el 28 de enero del año 1986.

Esta situación hizo que la científica se dedicara a investigar todos los aspectos relacionados con el accidente.

Indudablemente, Sally Ride cambió sus planes profesionales posterior al accidente ocurrido.

En tal sentido, su decisión se balanceó hacia la posibilidad de hacer docencia e investigación.

Aunque la vida de esta importante mujer giró en torno en importantes funciones:

Sus actividades dentro del Centro Internacional para la Seguridad y el Control de Armamentos de la Universidad de Stanford.

Una mujer infinitamente académica

Dentro de las hazañas académicas de esta honorable dama se encuentra que en su fuerte entrenamiento para mantenerse en la NASA debió realizar diferentes actividades, entre ellas:

Actitud física, salto de paracaídas, así mismo realizó actividades vinculadas a la sobrevivencia en el mar, practicó movimientos en gravedad cero.

Igualmente, llevó a cabo acciones relacionadas a resistencia a la aceleración de la gravedad terrestre en un lanzamiento espacial.

Durante su vuelo Sally Ride logró con éxito lanzar satélites.

Quizás su mayor acierto o contribución a la ciencia fue que es la primera mujer en utilizar un brazo robótico en órbita.

Particularmente, ella misma participó en el diseño de tan importante pieza fundamental para el éxito de la misión.

Volviendo la mirada hacia su faceta como docente, y en favor de difundir su amplio conocimiento escribió varios libros para facilitar la formación de los nuevos profesionales entorno al espacio.

Honores merecidos

Sally Ride fue una mujer comprometida con su trabajo que  siempre fue ejemplo para muchos en desarrollar las diferentes ciencias.

Igualmente, en vida fue reconocida ampliamente por su talento, carisma y el deber cumplido.

En relación a ello, uno de los premios que obtuvo fue el Premio Jefferson de Servicio Público.

Así mismo, el Premio de Von Braun, el NCAA Theodore Roosevelt.

Tomando en consideración, sus aportes hacia las ciencias, esta brillante mujer fue agregada en el Salón de la Fama Nacional de la Mujer.

Ciertamente, es participante en el Salón de la Fama de Astronautas, también le concedieron la Medalla de Viajes Especiales  de los Estados Unidos de Norteamérica.

No cabe duda que su integridad como profesional le permitió asumir retos importantes así como ser parte del comité que investigó los accidentes Challenger y el Columbia.

En honor al legado de esta importante mujer hay dos instituciones educativas que posee el epónimo de esta dama de la ciencia.

Entre los últimos reconocimientos que alcanzó fue el pertenecer en el Salón de la Fama de California en el Museo de Historia, la Mujer y las Artes.

Curiosamente, en el año 2017 a través de LEGO en un set llamado Mujeres de la NASA hay una pequeña figura de esta valiente mujer de la ciencia.

Así mismo, la famosa marca Mattel propuso una muñeca de las conocidas Barbie que tenía parecidos con Sally Ride a través de su línea Mujeres inspiradoras.

Una vida que se apagó

Desafortunadamente, con apenas 61 años de edad, el 23 de julio de 2012 en una localidad llamada La Jolla en San Diego, California en los Estados Unidos fallece esta mujer.

Tras presentar y sufrir de un horrible cáncer de páncreas.

Finalmente, hablar de esta mujer es pensarla como una mujer guerrera, victoria, disciplinada, comprometida que supo hacer conocimientos en un territorio ampliamente masculino.

De allí su ejemplo y motivación para las futuras generaciones en favor de sus luchas y atreverse a conquistar sus sueños sin sentir miedo.