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Toma de Decisiones

Toma de Decisiones y Gerencia

El mundo empresarial es una continua dinámica que se fortalece en las actuaciones y trabajo integrado de cada uno de sus miembros, ciertamente la toma de decisiones es uno de los procesos más complicados.

Pensar, aplicar procesos administrativos: planificación, organización, dirección y controlar y evaluar no es nada fácil.

Ahora bien, detrás de cada uno de esos procesos se esconde las decisiones de empleados, líderes y personas que día a día asumen su trabajo con valentía.

Desde el momento que los seres humanos son concebidos surgen las primeras decisiones, un paso a la existencia o no.

Particularmente, en las empresas la información es base para tomar decisiones.

Así mismo se debe considerar los recursos que tenemos disponibles, puesto que hay que saberlos usar responsablemente.

Recordemos que las empresas  bien sea públicas o privadas tienen consigo sus propias políticas y dinámicas.

En atención a ello, dentro del mundo de éstas organizaciones reposa un carácter normativo que permite guiar y analizar las posibles alternativas antes de tomar decisiones.

No cabe duda, que detrás de este proceso complejo debe tenerse claridad de la realidad, y además activar el cerebro, las emociones y por supuesto recordar eventos, sucesos y hechos.

Ciertamente, para muchos la toma de decisiones es un proceso, para otros es todo un arte, lo que si es necesario tener conocimientos de varias disciplinas científicas.

Entre las más importantes se puede destacar es: la psicología, las matemáticas, las finanzas, la economía, la administración, computación y la neurociencia.

Una dualidad en la toma de decisiones

Hay dos elementos que son el fundamento principal en el proceso de la toma de las decisiones en la gerencia.

El primero de ello es lo prescriptivo, puesto que una cosa establece la norma que demarca procedimiento, tareas, acciones a llevar a cabo que ya han sido pensadas de manera formal.

De alguna manera, esas normas y aspectos procedimentales seguramente buscan administrar y aprovechar al máximo los recursos y materiales a emplear.

El segundo aspecto a considerar, es propiamente la experiencia, anécdotas, aprendizajes, intuiciones que se desprende de quienes hacen vida en las instituciones.

Ahora bien, la gran pregunta es ¿Cómo interpretar y tomar decisiones en medio de ambos procesos?.

Tal vez, es el punto de partida para poder tomar decisiones que comprenden ambas formas, lo que dice la norma pero también la experiencia e intuiciones de los seres humanos.

Y más considerando que los seres humanos que laboran en las organizaciones son portadores y descriptores de todo lo que ocurre en ella, más aún tratándose de la evolución.

Quizás no es nada fácil, y más cuando los tiempos son complejos y los factores tanto internos como externos a la empresa no son los más favorables para avanzar.

Es importante destacar, que el gerente como máximo responsable de la empresa o de un departamento maneja grandes proporciones de información.

Tal vez, el gerente a veces tome decisiones a priori y pierda de vista procedimientos por cuanto la realidad implica actuar de manera rápida.

La vida misma es más intuitiva y espontánea que toda lógica, sencillamente, cuando se trata de empresas y organizaciones es mucha más complejo el tema de la toma de decisiones.

¿Entre la prioridad, lo importante y la urgencia?

Si bien es cierto,  la mayoría de las decisiones depende mucho de los recursos, materiales y cualquier otro medio que tenemos a la mano para resolver problemas de manera inmediata.

Aunque muchas veces en las empresas se toma más en cuenta la experiencia, las intuiciones y la experiencia que las normas.

Particularmente, lo más importante en la toma de decisiones es analizar el alcance, el impacto y consecuencias que trae consigo cada decisión.

Otro aspecto a considerar, es que los seres humanos convivimos con la sensación de querer ganar y también el miedo nos invade ante la pérdida.

Es por ello, que estos sentimientos que desde luego son descriptivos favorecen o no en la toma de decisiones.

Conforme a lo anterior, entre más experiencia tiene una persona mejor asumirá sus funciones, tareas, roles y demás actividades inherentes a su trabajo.

Por cuanto, a lo largo de su carrera ha enfrentado diversidad de asuntos que le han favorecido para aprender y desarrollarse como persona y profesional.

Es importante destacar, que muchos hábitos y pautas de trabajo van surgiendo en medio de la evolución, las situaciones diarias, los eventos y hechos permanentes.

Es de hacer notar, que la intuición puede emplearse a situaciones particulares, pero cuando surge la creatividad y se aplica de manera responsable puede lograrse mejores resultados.

En otro orden de ideas, las emociones y sentimientos y como se regulan pueden ayudar en la toma de decisiones para pensar en nuevas alternativas.

La intuición un eslabón en la toma de decisiones

Detrás de toda decisión hay varios factores tal vez un tanto emocionales que se conjugan, entre los más comunes se puede destacar:

Es necesario aprender a trabajar sobre la base de objetivos concretos, y dar lo mejor de sí, pero también a tomar tiempo para descansar y hacer otras cosas.

En tanto, no todo en la vida es trabajo, debe haber momentos de ocio, recreación que permitan relajar los pensamientos para luego retomar con calma y tomar mejores decisiones.

De conformidad con lo planteado las mejores decisiones no siempre llegan en medio del estrés del trabajo, sino en espacios donde la mente gestiona desde la paz y tranquilidad.

Por otra parte, hay que cultivar el trabajo con otras experiencias, valores y perspectivas, tal vez esto ayude a facilitar mejores oportunidades y analizar mejor cada situación.

Igualmente, siempre hay que considerar que la intuición ante todo  motiva a la reflexión y por ende ayuda a la gerencia en la toma de decisiones.

En síntesis 

Es de hacer notar, que los momentos de estrés pueden desencadenar distintas emociones y sentimientos.

Y mostrar el lado más vulnerable de todos los seres humanos.

Por ende, todos los gerentes deben aprender a conocerse a sí mismos, confiar en y valorar el talento de los demás.

Otro aspecto a considerar, es que muchas veces el exceso de información satura el poder de pensamiento  ante la posibilidad de tomar decisiones.

Así que la mayor recomendación que se puede dar es aprender a gestionar toda la información, para tomar decisiones que sean las más oportunas.

Otros hábitos y actitudes ante la toma de decisiones

No siempre la impulsividad es buena consejera, es por eso, que en la toma de decisiones hay que ser cautelosos previo a la toma de decisiones.

Por otra parte, la cultura nos ha hecho creer que los errores y equivocaciones deben pagarse, y la culpa nos invade y a veces nos minimiza como seres humanos.

Sin embargo, es necesario aprender de los errores, entender que es necesario asumir las responsabilidades y consecuencias de las mismas.

Igualmente, hay que pensar en varias opciones no siempre la primera es la inmediata ni mucho menos acertada para tomar.

Quizás en estos últimos tiempos lo más valioso es aprender a registrar parte de esa evaluación y monitoreo que debe hacerse a cada decisión para poder valorar su eficiencia y eficacia.

En líneas generales, lograr tomar decisiones oportunas es un reto que se asume día a día, no es un acto que se entrena de la noche a la mañana.

Finalmente, todo gerente es la suma de sus aciertos, valores, experiencias, memorias, retos, desafíos y por supuesto de las decisiones que toma.