Embarazo en adolescentes
Uno de las grandes situaciones que requiere de una revisión interdisciplinaria es el tema del embarazo en adolescentes, en la mayoría de las situaciones en no planificada.
Para algunos es un problema de salud pública, para otros es un tema que debe verse desde lo psicológico, educativo, médico, social e incluso biológico.
Lastimosamente llevar un embarazo en la población adolescente tiene sus complicaciones y consecuencias.
La más preocupante es la deserción escolar, debido a que muchas jóvenes deben abandonar sus estudios para priorizar la crianza.
Cuando el embarazo se da a temprana edad es un cambio brusco, muchas niñas no han terminado de crecer y desarrollarse para convertirse en madres.
Sin duda alguna, la etapa de la adolescencia está acompañada de múltiples cambios que involucra el desarrollo, crecimiento, madurez, entre otras.
Lo más complejo de esta situación es que muchos de estos embarazos se da en contextos nada favorecedores, donde la pobreza es el escenario de fondo.
En tal sentido, si no hay las oportunidades necesarias para desarrollarse a plenitud cada adolescente, el panorama se vuelve realmente complejo y desafortunado.
Igualmente, las poblaciones más vulnerables son las más susceptibles de repetirse más estos patrones sociales.
Más aún cuando vienen de comunidades étnicas, poblaciones rurales, grupos marginados, entre otros.
Una realidad tan grande como el mundo
Hasta hace unos años se estimaba que los países con bajos ingresos sobrepasaban los veinte millones al año y se daba en adolescentes entre 15 a 19 años.
En este contexto, la mayoría de esos embarazos eran no planificados.
De conformidad con lo planteado, hay varios elementos que sobreponen esta realidad, entre ellos la posible decisión de optar por la interrupción del embarazo.
Lo cual también es un grave problema porque muchos de estos procesos se dan de manera clandestina con pocas medidas de seguridad, y por ende ponen en riesgo la vida de la joven.
Particularmente la Organización Mundial de la Salud, explica lo siguiente:
“Las madres adolescentes (de 10 a 19 años) tienen mayor riesgo de eclampsia, endometritis puerperal e infecciones sistémicas que las mujeres de 20 a 24 años, y los bebés de madres adolescentes tienen un mayor riesgo de padecer bajo peso al nacer, nacimiento prematuro y afección neonatal grave”.
En tal sentido, las madres adolescentes pueden experimentar problemas de salud complejos como una eclampsia, infecciones y demás padecimientos que requieren atención inmediata.
Por otra parte, los bebés pueden desarrollar problemas como bajo peso, nacimientos prematuros y otras complicaciones más severas que siempre tendrán secuelas a lo largo de la vida.
Lo más preocupante de esta situación es que un niño al tener fuertes problemas nutricionales tiene afectaciones a nivel cognitivo y se ve afectado su desarrollo.
Concepciones en el embarazo en adolescentes
El embarazo en adolescente es un fenómeno recurrente, el cual consiste en el embarazo cuando la mujer se encuentra en plena etapa de pubertad.
Se puede dar desde los diez a los diecinueve años, generalmente está asociado a la edad legal en los distintos países, para algunos los dieciocho años y otros antes de los veintiuno.
Aunque generalmente, se toma como referencia antes de los diecinueve años.
Recordemos, que las adolescentes en estas edades experimentan cambios a nivel hormonal, físico, biológico, psicológico, entre otros.
Particularmente una adolescente no está preparada para asumir la gran responsabilidad que implica la maternidad y más aún si la pareja es también adolescente.
No hay que perder de vista, que otra de las causas potenciales que conllevan al aumento de embarazos es el poco acceso a información y educación sexual.
Así mismo, los métodos anticonceptivos no están al alcance de todos y aún existen familias que tienen tabú sobre el tema.
Igualmente, hay situaciones donde los embarazos se dan productos de violaciones, siendo un problema complejo tanto para la madre como para quienes viven esta realidad.
Fines y desafíos – Embarazo en Adolescente
En atención a la descripción previamente reseñada, urge desde las políticas educativas, sociales y de salud pública trabajar en materia de prevención del embarazo.
Ahora bien, es tanta la preocupación por esta realidad que la Organización Mundial de la Salud tiene algunos objetivos vinculados a este fin de forma indirecta.
Ciertamente, el fin es la prevención del embarazo pero no hay que perder de vista la salud materna y también la atención al neonatal.
Es importante destacar, que en los países desarrollados esta situación también es común, la diferencia está en las políticas de atención y las oportunidades para desarrollarse.
El desafío más importante es lograr que la educación, salud y las mismas dinámicas familiares logren concienciar a la población sobre este tema y sus riesgos.
Sobre todo, tomar decisiones responsables en materia de salud reproductiva y planificación familiar.
Hoy más que nunca se requiere políticas públicas que favorezcan la promoción de oportunidades para que las adolescentes puedan acceder a métodos anticonceptivos y asistencia médica.
Aunque, también hay que pensar en aquellas mujeres que ya son madres adolescentes para que puedan tener oportunidades de estudio y trabajo.
De esta manera, podrá desarrollarse mejor y poder criar a sus hijos en entornos favorecedores con mejores condiciones.
Quizás el mejor trabajo que se debe hacer es promover mayor conciencia en cuanto a la responsabilidad de tener una vida sexual activa.
Plantear el proyecto de vida como una estrategia que permita el desarrollo humano y el crecimiento personal de todos los adolescentes.
Donde los adolescentes puedan pensar en las decisiones que deben tomar y planificar la forma de cómo lograrlo.
Indudablemente, detrás de la vida de un joven exitoso hay varios factores determinantes entre ellos:
La familia, la cultura, la sociedad, la escuela, el contexto, los servicios públicos, en fin.
Un peligro latente – Embarazo en adolescentes
Como se mencionó previamente, el abuso sexual es un tema que está vinculado en oportunidades con el embarazo en adolescentes.
Por cuanto, muchos embarazos en esta población son no deseados. La Organización Mundial de la Salud hace dos años emitió un informe, indicando lo siguiente:
“A lo menos 120 millones de niñas menores de 20 años han experimentado alguna forma de contacto sexual forzado. Este abuso está profundamente arraigado en la desigualdad de género; afecta más a las niñas que a los niños, aunque muchos niños también se ven afectados”
En correspondencia con lo anterior, urge revisar y hacer seguimiento a las políticas de prevención y atención en materia de protección a la mujer, a los niños y adolescentes.
Lastimosamente, esta problemática siempre ha estado presente.
Sin embargo, la pandemia generada a causa del coronavirus mostró esta realidad en la medida que los niños permanecían más tiempo en sus hogares bajo la responsabilidad de cuidadores.
Estos informes emanados por esta máxima institución también hacen mención a lo siguiente:
“Según las estimaciones, en 2020 al menos 1 de cada 8 niños del mundo había sufrido abusos sexuales antes de cumplir los 18 años, y 1 de cada 20 niñas de 15 a 19 años había experimentado relaciones sexuales forzadas durante su vida.”
Sencillamente, estas cifras nos alarman y es una invitación necesaria a promover el cuidado, protección y una crianza segura, sana y con respeto a los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
En síntesis
Hoy más que nunca la familia no sólo es el núcleo de la sociedad, es la primera escuela de formación de hábitos, valores, cuidados, resguardo, entre otros.
Finalmente, la invitación es a motivar a prácticas y políticas que realmente nos permitan hacernos consiente de la importancia que tiene la niñez. Aunado a esto, todos los seres humanos en favor de su bienestar social, económico, emocional, físico, entre otros.
