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Joan Clarke: Una destacada mujer de las ciencias

Joan Clarke: Una destacada mujer de las ciencias

Hay seres humanos cuyas historias son sinónimo de empoderamiento, coraje y valentía, así es la vida de Joan Clarke una mujer destacada.

Joan Clarke es nacida un 24 de junio de 1917 en West Norwood, en Londres en el Reino Unido.

Igualmente, fallece el 4 de septiembre de 1996, en West Norwood en Londres en el mismo país.

Su nombre de nacimiento fue Joan Elisabeth Lowther Clarke

Esta gran dama de la ciencia es recordada por su talento y su saber relacionado a las matemáticas, quizás su experiencia la hace una mujer influyente.

Es de hacer notar, que esta mujer cumplió un rol fundamental cuando logró descifrar el famoso Código Enigma que empleaban los alemanes en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.

Gracias a los conocimientos que Joan Clarke poseía logró trabajar con Alan Turing para comprender como funcionaba el famoso código.

Recordemos que Alan Turing fue un gran matemático, talentoso en áreas como la lógica, reconocido teórico en el área de informática.

Tanto es el aporte que hace Alan Turing que hoy es recordado como uno de los padres de las ciencias asociadas a la computación.

 

Una mujer con propósito – Joan Clarke: Una destacada mujer de las ciencias

Las mujeres de ciencias siempre tiene un gran pasión por crear o comprobar conocimientos.

De la joven Joan Clarke se puede recordar que era una mujer tal vez un poco tímida, que le encantaba esconderse en la lectura de un libro.

No era mujer de gustarle las fiestas ruidosas, socializaba poco, su gran pasión fue estudiar y comprender las matemáticas.

Se le permitía estudiar y participar en las clases de matemática, pero desafortunadamente no le daban su titulación por ser mujer.

Gracias a la recomendación que haría uno de sus profesores logró incorporarse a trabajar en Bletcheley Park.

Ciertamente, fue una mujer perseverante, comprometida con su trabajo y talentosa.

Una mujer valiente en tiempos difíciles

Gracias a la inteligencia de Joan Clarke pero sobre todo a su valentía fue la única mujer que logró trabajar en el equipo de Alan Turing.

Aunque otras referencias indican que fueron muchos más las mujeres que sumaron a esta causa a través de Bletchley Park, sólo que asumieron distintas tareas.

Lastimosamente, estos tiempos fueron complicados y se notaban las diferencias salariales entre hombres y mujeres.

Recordemos, que Clarke y Alan Turing son reconocidos criptoanalistas es decir, son expertos en descubrir nuevas técnicas y métodos para romper códigos secretos.

Pese a que esta mujer hizo aportes valiosos para el momento, no fue tan reconocida.

Además sólo pudo llegar a hacer jefa adjunta, puesto que los mejores puestos y funciones eran reservados para hombres.

Igualmente, desarrolló ampliamente Banburismus, que se refiere a un método que consistía en comprender la probabilidad y condiciones secuenciales para minimizar las configuraciones.

Todo esto referido a la máquina conocida como Enigma.

Gracias al ingenio de esta gran mujer minimizó bombes, y otros aparatos empleados por los expertos en criptoanálisis.

El legado de esta dama y el reconocimiento llegaron de manera lenta, pese a que su inteligencia y genialidad eran ampliamente notorias en cada tarea que asumía.

Cabe destacar, que para el momento la función de criptoanalista no era considerada para mujeres en favor de ello el mismo Turing la designó como lingüista.

Gracias al trabajo de Turing y esta dama de las matemáticas, se logró recuperar el control del mar al lograr descifrar el código militar.

De esta manera, se convirtieron en los victoriosos de la guerra, aunque en el momento los esfuerzos de ambos no fueron tan notables sino hasta años después.

 

Un noviazgo fallido

Entre gustos matemáticos e intereses relacionados con el criptoanálisis fue creciendo una bonita amistad entre Joan Clarke y Alan Turing.

Ambos tenían personalidades muy cercanas, amaban las matemáticas, trabajaban juntos, les agradaba compartir ratos juntos.

Esta bonita amistad se cristalizó en un romance y parecía haber planes de matrimonio. Sin embargo, Alan Turing le confesó a Joan Clarke sobre su homosexualidad e igualmente lo siguió respetando y considerando como un gran ser humano.

La amistad y cercanía de Turing y Clarke les permitió ser confidentes, creer y aprovechar el trabajo en equipo para aprender el uno del otro.

Otras ocupaciones de Joan Clarke y un nuevo capítulo

En tiempos posteriores a la guerra, Joan Clarke laboró en la Sede de Comunicaciones del Gobierno.

Y en año de 1947 empezó a sostener una relación amorosa con un militar en el rango de coronel llamado John Kenneth Ronald Murray, que ya estaba retirado.

Una vez casados, posteriormente la pareja se trasladó a la ciudad a Crail en Fife.

Se incorporaron a trabajar en GCHQ para el año 1962, y laboró hasta la edad de sesenta años.

Luego del fallecimiento del esposo, Joan Clarke cambió de residencia a Headington en Oxfordshire.

Allí continúo trabajando sobre monedas, también cooperó a Sir Harry Hinsley en un segmento de un libro relacionado a la inteligencia británica en tiempos de la II Guerra Mundial.

Es importante destacar, que durante su matrimonio, esta fascinante mujer descubrió un nuevo interés que justamente estudiar la acuñación de monedas escocesas.

En favor de ello, Joan Clarke siguió estudiando todo lo relacionado a estas piezas entre los siglos XVI y XVII.

Sus aportes en esta área fueron apreciados por la Sociedad Numismática Británica e incluso le fue conferida una Medalla de Oro Sanford Saltus.

Carolina Mirabal admira los aportes que esta mujer hizo a la ciencia.

Finalmente, la historia de esta mujer es fascinante, llena de buenos ejemplos para las nuevas generaciones que se apasionan por las ciencias especialmente por las matemáticas.